De Todo un Poco Soul Therapy Vida Feliz

La impotencia es una ilusión que hace daño.

Hoy hablaré sobre ese sentimiento que constantemente leo en mis redes sociales: Impotencia o Falta de Esperanza ante los problemas del mundo.

¿Que el mundo está de locos? Sí. ¡Qué impotencia!, ¿ah?

Solemos quejarnos de las situaciones y hasta maldecir a quien hace daño, roba, o afecta de alguna manera la armonía de algo o alguien.  Usualmente quedamos pensando que no podemos hacer nada para arreglar el mundo.  Pocas cosas son más tristes que el sentimiento de impotencia. De hecho, se dice que ese sentimiento es una de las más bajas vibraciones que existen.

Pero, ¿cómo no sentirnos impotentes cuando vemos las noticias y parece una película de terror?

La impotencia no sirve de nada.

¿Qué tal si les digo que el sentimiento de impotencia por un tema particular, con sus tristezas, insultos, lágrimas y frustraciones empeora el problema? ¿Sabías que eso es lo mismo que no te importara? Dirán algunos: «¡Nooo, qué va! claro que me importa, mira cómo me pongo!» Sorry, pero no nos sirve de nada.

Por un lado esas acciones (o reacciones) no trabajan en -ni aportan a- la solución del problema.

Por otro lado tendemos a ver el sufrimiento como algo ajeno a nosotros. Como algo que le pasa a alguien externo o en un lugar fuera de nosotros (puede ser algo tan grande y lejano como guerra en Siria, sequía en California, radiación en Fukushima o tan trivial (pero no menos doloroso) como un corazón roto, la enfermedad de un amigo, etc.).  Esa separación de nosotros del problema es lo que nos ha hecho que nos sintamos impotentes.

Sufrimiento: colectivo vs. ajeno

El tema es que el sufrimiento del mundo o los problemas los vemos diario en los medios de comunicación y redes sociales, y se perciben como ESTE PROBLEMÓN en el cual ni soñando podríamos como individuales (una mamá que trabaja de 8 a 5, un carpintero, un pescador, un vendedor) hacer algo al respecto.

Somos parte de un todo.  Si vemos los problemas como «sufrimiento colectivo» en vez de «sufrimiento ajeno», nos comenzaríamos a sentir parte de él. Y eso es necesario para crear un efecto positivo en el mundo.

Veámoslo así: Imagínense un platón con agua. Cada uno de nosotros somos una gota del agua del platón.  Si mi gota es sucia, aporta a que el platón se contamine. Si mi gota (o sea yo) soy limpia, aportaría positivamente al platón sin contaminarlo.  Cada gota es un humano, capaz de contaminar o limpiar.

¿Entonces qué puedo hacer?

No puedo cambiar tazas de gotas yo sola, pero puedo cambiar MI gota. Incluso cuando la mía esté limpia, puedo ayudar a que otro limpie más fácil la suya, y así.

Entonces, me siento capaz (no impotente) si comienzo por cambiar lo que está a mi alcance: MI mundo, MI sufrimiento. Con eso contribuyo a que el platón tenga una gota menos que lo contamine.

¿Cómo cambio MI mundo? ¿Cómo acabo con MI sufrimiento?

Todas mis acciones, pensamientos y palabras van limpiando (o ensuciando) MI gota y el platón. La suma de lo sencillo hará la diferencia:

Sonreírle a un extraño – reciclar – ser voluntario – una dieta consciente con el planeta, con la vida y con mi cuerpo – plantar un árbol – no botar basura en la calle – alegrarme por el logro de alguien – atrapar un ratón para liberarlo en vez de matarlo – compartir una buena noticia – hacer un acto de bondad – creer en mi potencial – firmar una petición – no insultar – comprar productos que no prueben en animales – usar menos químicos – apoyar una marca local – etc.

Ahora imagínense a todas las gotas haciendo cosas que las limpien…. ese platón va a ser lo más puro, bello, bondadoso y hasta influiríamos nuestro entorno.

Conclusión

No podemos sentirnos separados del sufrimiento. Somos parte de él. Tenemos el poder de cambiar el mundo.  La impotencia es una ilusión que hace daño.

Compárteme qué cosas haces o puedes hacer para limpiar tu gota.

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